1. Respiración.
Ejercita tu
respiración para fortalecer tu diafragma y lograr así un mejor volumen en tu
voz y para que NO te falte el aire mientras hablas por horas.
•
Siéntate de manera que tu espalda quede derecha, tu pecho un poco arriba
y tus hombros relajados hacia atrás.
• Saca todo
el aire que tengas y después llena tus pulmones asegurándote de que tu abdomen se infle por
arriba del ombligo, y tus costillas inferiores se expandan.
• Cuenta
hasta tres lentamente mientras respiras, tres mientras retienes el aire y tres mientras lo expulsas.
2.
Vocalización.
Practicar la
vocalización te ayudará a darle un timbre más agradable a tu voz, y te dará la
capacidad de subir y bajar de tono fácilmente mientras hablas.
• Trata de
relajar todo tu cuero y especialmente la garganta.
• Toma aire
y pronuncia en un tono constante por varios segundos cada vocal en este orden:
u, o, a, e, i. Empieza con tonos bajos y luego repite el ejercicio subiendo
hasta los tonos más agudos que logres pronunciar.
3.
Trabalenguas.
Los
trabalenguas te ayudarán a mejorar tu dicción porque te permiten desarrollar
una mayor agilidad en tu lengua y labios. Gracias a esto la gente te entenderá
mejor.
• Aprende de
memoria al menos 5 trabalenguas.
• Repite
seis veces cada trabalenguas todos los días. Hazlo tres veces con un lápiz
debajo de la lengua y las otras tres veces exagerando el movimiento de tu boca,
labios y lengua.
4.
Visualizar.
Visualizar
el resultado esperado es muy importante para poder lograr lo que quieres. Si te
visualizas hablando con confianza, lo lograrás más fácilmente.
• Tómate unos
minutos y recuéstate en un lugar cómodo.
• Cierra tus
ojos e imagínate a ti mismo haciendo una presentación en público.
• Imagina
cada detalle como el público te sonríe y escucha tus palabras, y siente la
emoción y satisfacción de hacerlo bien.
5.
Grabar tus palabras.
Ya sea en
audio o vídeo, el hecho de grabarte y escucharte a ti mismo te ayudará a
mejorar y corregir de manera subconsciente cada detalle y cada error.
• Consigue
una cámara de vídeo o una grabadora de sonidos y graba mientras practicas tus
discursos.
• Escucha
tus grabaciones y no te preocupes de tus errores. Ten confianza en- que poco a
poco vas a mejorar.
6.
Improvisar.
Improvisar
es una de las mejores maneras de desarrollar la agilidad mental que necesitas
para hablar con elocuencia.
• Elige un
tema específico relacionado con algo que te gusta o algo que sabes muy bien.
• Diseña un
pequeño esquema con tres o cuatro ideas clave.
• Empieza a
improvisar un pequeño discurso frente al espejo, frente al micrófono o frente a
un grupo de personas con ayuda de tu esquema.
7.
Leer y escribir.
Si quieres
tener mucho de que hablar, necesitas alimentar tu mente con libros. Pero no
basta con llenar tu mente de ideas y conocimiento, necesitas organizarlos a
través de la escritura.
• Si no
acostumbras leer, empieza con el hábito de leer de 15 a 30 minutos diarios.
• Tómate
unos minutos al menos un día de la semana para poner orden en tus ideas y
pensamientos, y escríbelos en forma de ensayos o artículos.
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